Tal como se lee en los artículos "El pensamiento critico" y "El pensamiento lógico" publicado días atrás por este medio, efectivamente, hoy nos vemos obligados a una intensa "gimnasia mental" para adaptarnos a la realidad cambiante que nos toca vivir, y, con frecuencia no se tienen las habilidades para "analizar, criticar, defender ideas o propuestas", o para "razonar e inferir conclusiones apropiadas" a partir de la información que se nos ofrece.
Hoy necesitamos un pensamiento reflexivo. En oposición a un pensamiento pasivo que nos lleva a aceptar la opinión, el pensamiento, la conducta de otro, sin una visión crítica, sin una mirada propia frente a las ideas y frente a los hechos, hoy necesitamos herramientas de pensamiento para procesar la inmensa cantidad de información que se nos ofrece constantemente. Necesitamos que nuestros niños y jóvenes aprendan a construir relaciones, a comunicarse, a comprender a otros, a entender reglas, a pensar antes de actuar, a convivir.
Pero, ¿cómo lograrlo? ¿cómo se desarrolla el pensamiento reflexivo, activo, crítico, lógico?.
Hay teorías psicológicas que sostienen que el pensamiento se desarrolla inexorablemente y, que las operaciones mentales responsables del nivel de abstracción que requiere el pensamiento crítico, aparecen alrededor de los 12-13 años.
Los padres son los educadores naturales y, de hecho, hay padres, que introducen a sus hijos en el uso de los procesos cognitivos superiores, pero cuando el medio familiar es insuficiente, por cualquier razón, para hacerlo, es una misión que debería asumir la escuela.
Ahora bien, ¿puede la escuela de hoy hacerlo?
Actualmente las escuelas siguen principalmente preocupadas por transmitir contenidos, se sigue privilegiando la memoria como apoyo principal del aprendizaje. Quizá nuestros niños deberían aprender cómo utilizar la memoria, además de usarla.
Para la resolución de problemas, se siguen enseñando procedimientos para aplicar. Quizá los alumnos deberían aprender cómo abordar los problemas y, además, procedimientos.
Quizá se debería considerar la formación de alumnos reflexivos, productores de información y no solo reproductores. Se debería también conducir a nuestros alumnos hacia la autorregulación de su comportamiento, hacia la autodeterminación para lograr ciudadanos autónomos.
Se debería formar alumnos inquisidores, cuestionadores, y no alumnos con miedo a equivocarse o a hacer preguntas.
La escuela de hoy debería ser un espacio en el que se enseñe a pensar. Hoy, los diseños curriculares deberían dejar de ser el fin de la enseñanza y transformarse en un medio, un instrumento para enseñar a pensar.
La escuela de hoy debería pasar de un paradigma de enseñanza orientada al producto a un paradigma de enseñanza orientada al proceso, de una manera cognitiva.
Susna Giuliani De Granero - Licenciada y Profesora en Psicopedagogía
Hoy necesitamos un pensamiento reflexivo. En oposición a un pensamiento pasivo que nos lleva a aceptar la opinión, el pensamiento, la conducta de otro, sin una visión crítica, sin una mirada propia frente a las ideas y frente a los hechos, hoy necesitamos herramientas de pensamiento para procesar la inmensa cantidad de información que se nos ofrece constantemente. Necesitamos que nuestros niños y jóvenes aprendan a construir relaciones, a comunicarse, a comprender a otros, a entender reglas, a pensar antes de actuar, a convivir.
Pero, ¿cómo lograrlo? ¿cómo se desarrolla el pensamiento reflexivo, activo, crítico, lógico?.
Hay teorías psicológicas que sostienen que el pensamiento se desarrolla inexorablemente y, que las operaciones mentales responsables del nivel de abstracción que requiere el pensamiento crítico, aparecen alrededor de los 12-13 años.
Los padres son los educadores naturales y, de hecho, hay padres, que introducen a sus hijos en el uso de los procesos cognitivos superiores, pero cuando el medio familiar es insuficiente, por cualquier razón, para hacerlo, es una misión que debería asumir la escuela.
Ahora bien, ¿puede la escuela de hoy hacerlo?
Actualmente las escuelas siguen principalmente preocupadas por transmitir contenidos, se sigue privilegiando la memoria como apoyo principal del aprendizaje. Quizá nuestros niños deberían aprender cómo utilizar la memoria, además de usarla.
Para la resolución de problemas, se siguen enseñando procedimientos para aplicar. Quizá los alumnos deberían aprender cómo abordar los problemas y, además, procedimientos.
Quizá se debería considerar la formación de alumnos reflexivos, productores de información y no solo reproductores. Se debería también conducir a nuestros alumnos hacia la autorregulación de su comportamiento, hacia la autodeterminación para lograr ciudadanos autónomos.
Se debería formar alumnos inquisidores, cuestionadores, y no alumnos con miedo a equivocarse o a hacer preguntas.
La escuela de hoy debería ser un espacio en el que se enseñe a pensar. Hoy, los diseños curriculares deberían dejar de ser el fin de la enseñanza y transformarse en un medio, un instrumento para enseñar a pensar.
La escuela de hoy debería pasar de un paradigma de enseñanza orientada al producto a un paradigma de enseñanza orientada al proceso, de una manera cognitiva.
Susna Giuliani De Granero - Licenciada y Profesora en Psicopedagogía
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buenos dias soy una estudiante de psicopedagogia, estoy realizando una tesis relacionado con el pensamiento reflexivo y quisiera que me faciliete mas información acerca del tema gracias.
ResponderEliminarbuenas noches, hola, me parece bastante bueno el articulo, en verdad, me agradaria que me pudieran facilitar un poko de bibliografia pues actualmetne sigo una tesis del mismo tema, felicidades y gracias..
ResponderEliminarmi correo es newage124@hotmail.com
HOla Felicidades por tu idea... me parece muy ineteresante. Yo tambein estoy haciendo mi tesis acerca de estrategias para favorecer el pensamiento reflexivo
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