tag:blogger.com,1999:blog-32361914500237013562024-03-05T05:54:47.010-03:00La siesta inolvidableHistorias para escuchar. Textos para pensarUnknownnoreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-3236191450023701356.post-61956331142649477862008-01-30T21:37:00.000-02:002008-01-30T21:39:30.083-02:00Espacio Público Q.E.P.D.<div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">En un día negro para quienes trabajan en la calle, lavaca publicó un aviso fúnebre en el diario La Nación para rendir homenaje a la desaparición del espacio público porteño. Durante toda la jornada, desde Diagonal Norte y Florida y bajo el lema “La calle es nuestra” desafió los abusos de fiscales y policias que “limpian” la ciudad con la máquina de barrer pobres: el Código Contravencional.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">El texto, publicado en la página de aviso fúnebres del diario La Nación, decía lo siguiente:</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">LA CALLE, Dolores de (Q.E.P.D.) Falleció el 9/12/07. Los miembros de lavaca.org participamos con profundo pesar la partida de quien fuera referencia de nuestra vida en sociedad. Para acompañar a sus deudos en tan penoso momento invitamos a la petición por su alma, hoy a las 12 hs, en Avenida de Mayo 525.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">La dirección es la de la Jefatura de Gobierno porteño. El estilo de la redacción es el que posibilitó su publicación sin sospechas, en el diario que celebra la mano dura en cuerpos castigados por la exclusión.</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">Desafortunadamente, fue oportuno. Durante toda la jornada la Policía Federal, impulsada por los fiscales contravencionales, persiguieron a los que trabajan en la calle por toda la ciudad. Cartoneras, artesanos y vendedores ambulantes fueron sacudidos al ritmo de las actas, según la libre interpretación del Código Contravencional del director de orquesta del fuero, el fiscal general Germán Garavano. Si bien el Código no considera una falta la venta ambulante por mera subsistencia, no fue la letra de la ley sino los vientos políticos los que alentaron los procedimientos de ayer, la mayoría con incautaciones de mercaderías. La mayor paradoja (si es que hay una forma de medir la impunidad del Estado) fue el embiste a los cartoneros: el mismo Gobierno de la ciudad que los obliga a censarse y les entrega un carnet para poder “trabajar” en la basura, era el que les iniciaba un proceso contravencional por estar haciendo aquello para lo cual estaban autorizados.</span></span><br /><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">“La calle es nuestra”</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">Con fecha 9 de enero, lavaca inició el trámite en la Oficina de Espacio Público para realizar la Jornada “La calle es nuestra”. Era el décimo encuentro de una serie que se inició en octubre, con la finalidad de recuperar el espacio público y debatir en él sobre él: con arte, producciones y debates que permitieran conversar a vendedores, artesanos, mujeres en estado de prostitución y travestis con los transeúntes.</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">El trámite implica el pago de un arancel y la paciencia de un monje zen. Finalmente, el lunes 21 la oficina municipal nos comunicó que el permiso estaba otorgado. El martes que lo revocaban. El miércoles a la mañana, que lo autorizaban. Y por la tarde, que no. Finalmente, el jueves –cuando ya estaba instalada la acción en la esquina de Diagonal Norte y Florida, que incluía a los integrantes de lavaca de negro luto- la autorización llegó. Para ese entonces, la esquina lucía las ya clásicas escobas vestidas, con las siguientes consignas:</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">“Espacio Público porteño Q.E.P.D. Sus herederos Mauricio y Germán acompañan a sus deudos en tan doloroso momento con un brindis en Puerto Madero”</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">“Si te echan del trabajo, te dejan en la calle. Si te echan de la calle ¿dónde te dejan?”</span></span><br /><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">“La calle no es un negocio: no tiene dueño. No tiene privilegios: es un derecho de todas y todos. Nuestro!”<br /><br /><a href="http://lavaca.org/seccion/actualidad/1/1667.shtml">Fuente</a><br /><br /></span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3236191450023701356.post-19616373627346834442008-01-15T10:07:00.000-02:002008-01-15T10:12:21.852-02:00Oír y escuchar<div style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:verdana;">He leído estas palabras muchísimas veces en estos días y mi curiosidad me llevó a conocer el término exacto de las mismas.<br />Según el diccionario de la Real Academia Española, estas son las definiciones:<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Oír</span>: Percibir con el oído los sonidos.<br /><span style="font-weight: bold;">Escuchar</span>: Prestar atención a lo que se oye.<br /><br />Para que reflexionemos sobre esto, quiero compartir con ustedes este artículo.<br /><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Oyentes y escuchantes</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">"La medición de las audiencias de las televisiones se realiza, como es sabido, por medio de colocar en determinados hogares, seleccionados aleatoriamente, un aparatito (audímetro) que está siempre encendido y que registra el consumo individual de televisión. De ese consumo de unos cuantos se extrapola al conjunto nacional de cuántos ven qué. Mejor dicho, mide lo que se está emitiendo en ese momento, porque visionar es otra cosa. O sea, que si uno de los residentes en el hogar en cuestión enciende la tele, selecciona el programa de, pongamos, la carrera de motos y se va a la cocina a preparar la comida, pues eso está contando como que un porcentaje equis está sintonizando tal programa, cuando la realidad indica que no se está viendo tanto.</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">Por su parte, las audiencias de las radios se miden de modo mucho menos riguroso preguntando a gente por la calle qué programas recuerda haber oído, sin importar la duración de la escucha, qué opiniones tiene sobre uno u otros programas, etc. Esto es, en las respuestas de los encuestados entran factores menos incontrovertibles: memoria, preferencias políticas, ideológicas, clientelares, etc.</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">Naturalmente, los resultados de audiencias son la clave para repartir el dinero de la publicidad y condicionan la viabilidad de la mayoría de los soportes. Así sucede también en prensa, aunque menos, porque tiene otros componentes (véanse los gratuitos) y, últimamente, en Internet.</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">Por cierto, hace tiempo se nos prometía que en la sociedad del siglo XXI la gente podría votar o ser consultado formalmente por vía telemática. Pues, o bien todavía no se han implantado suficientemente los ordenadores en los hogares o no ha debido de llegar ese siglo aún, porque la cosa de ser consultado por ordenata va para largo. Para la democracia virtual todavía queda un trecho que recorrer.</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">Pero a lo que iba. Si a mí me preguntaran qué programas de radio escucho, así, a bote pronto, recordaría un número no inferior a 20 y en no menos de 10 emisoras. Otra cuestión sería decir cuánto tiempo sintonizo cada uno, a qué horas, en qué lugares (radio, casa, paseo, etc.), con qué atención… Ah, y en este medio también habría que distinguir entre oyentes y escuchantes. No sería la primera vez que, conduciendo y teniendo sintonizada una determinada radio, mi copiloto (¿se puede decir copilota?) me pregunta: ¿Has oído lo que dicen por la radio? Y yo: ¿Eh?, ¿qué radio?"</span><br /><br /><a href="http://www.elpobrecitoveedor.net/blog/?p=266">Fuente</a><br /><br />Está muy clara la diferencia. ¿Nosotros, éramos oyentes o escuchantes de la siesta inolvidable?<br /><br /></span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com3