Introducción de La siesta inolvidable 2007

Introducción original
Introducción especial de Carlos Barragán

jueves, 17 de julio de 2008

El pensamiento crítico

El ciudadano actual se ve obligado a hacer una enorme gimnasia mental para poder entender el mundo que vive desde lo universal a la local. Por razones obvias lo que más preocupa, angustia o alegra es lo cercano porque se es partícipe de los hechos se quiera o no.

Y, a medida que pasa el tiempo y porque la información sobre los acontecimientos es incesante, se advierten más participantes que observadores de la vida local. A través de esas vertientes -participar u observar- se descubren con facilidad los argumentos más laberínticos de muchos políticos, comentaristas o vendedores, quienes intencionalmente se alejan de la objetividad y del razonamiento crítico.

Lo innegable. Cuando se piensa críticamente hay menos posibilidades de errar en los juicios, de equivocarse en el análisis de situaciones y de elegir mal. Pero ...¿cómo se llega al pensamiento crítico?. La respuesta simple no existe porque se trata de un proceso que va desde lo individual a lo social.

Las etapas. Los distintos sectores sociales que participan en la formación de una persona disponen de todo lo necesario para que ella pueda avanzar y desarrollarse en la vida. Es decir desde esos sectores se generan la formación y la diversidad de la conducta humana.

Si se profundiza este concepto aparece la importancia de la instrucción, la educación y la cultura y también la trascendencia de las entidades sociales que tienen los recursos para concretar los más altos objetivos del hombre y de la sociedad y la significación del hombre en sociedad.

Los conceptos aclaran las situaciones. Instrucción es el caudal de conocimientos adquiridos. Aquello que metodológicamente da la escuela, es decir el aprendizaje de las asignaturas que se consideran básicas según los ciclos y las modalidades del sistema educativo.

Para bien entender la educación se debe hablar del hogar y también de las instituciones allegadas a la escuela como lo son las bibliotecas, los clubes o entidades deportivas y vecinales.

El resultado es preciso. La suma de la instrucción y de la educación conduce a la cultura o conjunto de conocimientos que permite que la persona desarrolle sobre todo su juicio crítico. Y, desde ella se generan las formas y hábitos de vida, el desarrollo de los conocimientos y los recursos que permiten alcanzar algún grado de participación en las artes, las ciencias, los oficios y o en la industria: así se estructuran los grupos sociales que hacen de la comunidad un espacio dinámico.

Desde esta columna, muchas veces nos hemos referido a la necesidad de que adolescentes y jóvenes alcancen el pensamiento crítico. En ello la escuela tiene un rol importante.

Sólo a través del pensamiento crítico se puede estimar la validez de los razonamientos, de las opiniones y o afirmaciones que la gente acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana. Esa evaluación se basa en la observación y en el resultado evocatorio de la experiencia y permite distinguir lo razonable de lo no razonable y lo verdadero de lo falso.

Expertos en el desarrollo del pensamiento han aclarado que el pensamiento crítico no es pensar en forma negativa o con tendencia a encontrar fallas y defectos. Por el contrario, es un proceso neutro para evaluar opiniones y afirmaciones. Es muy importante saber -sobre todo cuando se trata de la formación de adolescentes y jóvenes- que el pensamiento crítico tampoco trata de hacer que las personas piensen de la misma forma porque por idénticos caminos del razonamiento se llegan a distintas conclusiones.

En síntesis, el pensamiento crítico es un procedimiento que permite estimar la validez de opiniones y creencias, es la potencia de un pensamiento bien orientado.

Y, aplicarlo es necesario. Hay que mirar alrededor para aprender de la realidad... De lo contrario en poco tiempo se observará como la desnaturalización de las ideas y conceptos erosiona la verdad. Pasan demasiadas cosas a nuestro alrededor como para no advertir que es necesario aplicar críticamente el pensamiento.

La escuela secundaria y la universidad tienen el privilegio de poder enriquecer críticamente el pensamiento de las jóvenes generaciones para que puedan advertir las razones que genera los hechos que atañen a todos y, así cambiar los rumbos de una comunidad. Se trata de un entrenamiento esperanzador y perdurable.

Lena Burtin

Fuente

1 comentario:

  1. Cuánta verdad.
    Habría que ver a quién le conviene que no haya pensamiento crítico.
    Han convertido a la política en una mala palabra y sus "adeptos" tienen consignas o defienden sus posiciones con argumentos que precisamente no proceden de un pensamiento crítico.
    Es un desafío recuperarlo,una linda utopia.

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