Introducción de La siesta inolvidable 2007

Introducción original
Introducción especial de Carlos Barragán

martes, 15 de enero de 2008

Oír y escuchar

He leído estas palabras muchísimas veces en estos días y mi curiosidad me llevó a conocer el término exacto de las mismas.
Según el diccionario de la Real Academia Española, estas son las definiciones:

Oír: Percibir con el oído los sonidos.
Escuchar: Prestar atención a lo que se oye.

Para que reflexionemos sobre esto, quiero compartir con ustedes este artículo.

Oyentes y escuchantes

"La medición de las audiencias de las televisiones se realiza, como es sabido, por medio de colocar en determinados hogares, seleccionados aleatoriamente, un aparatito (audímetro) que está siempre encendido y que registra el consumo individual de televisión. De ese consumo de unos cuantos se extrapola al conjunto nacional de cuántos ven qué. Mejor dicho, mide lo que se está emitiendo en ese momento, porque visionar es otra cosa. O sea, que si uno de los residentes en el hogar en cuestión enciende la tele, selecciona el programa de, pongamos, la carrera de motos y se va a la cocina a preparar la comida, pues eso está contando como que un porcentaje equis está sintonizando tal programa, cuando la realidad indica que no se está viendo tanto.

Por su parte, las audiencias de las radios se miden de modo mucho menos riguroso preguntando a gente por la calle qué programas recuerda haber oído, sin importar la duración de la escucha, qué opiniones tiene sobre uno u otros programas, etc. Esto es, en las respuestas de los encuestados entran factores menos incontrovertibles: memoria, preferencias políticas, ideológicas, clientelares, etc.

Naturalmente, los resultados de audiencias son la clave para repartir el dinero de la publicidad y condicionan la viabilidad de la mayoría de los soportes. Así sucede también en prensa, aunque menos, porque tiene otros componentes (véanse los gratuitos) y, últimamente, en Internet.

Por cierto, hace tiempo se nos prometía que en la sociedad del siglo XXI la gente podría votar o ser consultado formalmente por vía telemática. Pues, o bien todavía no se han implantado suficientemente los ordenadores en los hogares o no ha debido de llegar ese siglo aún, porque la cosa de ser consultado por ordenata va para largo. Para la democracia virtual todavía queda un trecho que recorrer.

Pero a lo que iba. Si a mí me preguntaran qué programas de radio escucho, así, a bote pronto, recordaría un número no inferior a 20 y en no menos de 10 emisoras. Otra cuestión sería decir cuánto tiempo sintonizo cada uno, a qué horas, en qué lugares (radio, casa, paseo, etc.), con qué atención… Ah, y en este medio también habría que distinguir entre oyentes y escuchantes. No sería la primera vez que, conduciendo y teniendo sintonizada una determinada radio, mi copiloto (¿se puede decir copilota?) me pregunta: ¿Has oído lo que dicen por la radio? Y yo: ¿Eh?, ¿qué radio?"

Fuente

Está muy clara la diferencia. ¿Nosotros, éramos oyentes o escuchantes de la siesta inolvidable?

3 comentarios:

  1. A ver... de todos modos hay un montón de otros factores que en el caso de LSI han influido para levantarlo (al menos a mi criterio)
    No tengo duda alguna (tal como le dije a Halpe el día del último programa al que tuve el privilegio de asistir) que el motivo del levantamiento es puramente ideológico. Pero aún así esto está emparentado con lo comercial también.
    Ejemplo:
    El bloque que hacía Guille con traducción de Barra, parodiando al Papá (dicho sea de paso me hacía morir de risa) seguramente era muy mal visto por un sector de la sociedad, dentro del cual hay empresarios, potenciales anunciantes, que con el simple hecho de estar parodiando al Papa, seguramente le hicieron la cruz (valga la imagen :-)))) a LSI (léase: "en este programa no anuncio ni ahí"), Luego si en el bloque de LSI (LSI) Halpe habla de política, de anarquismo, de ciencia, de sexo, de literatura, etc. (es decir habla de "pensar") hay otro grupo de empresarios que también optan por decir "en este programa de comunistas, no anuncio ni ahí". Si luego se escuchan las famosas peleas entre Halpe y la Silvina en donde se ataca y defiende a Chavez, hay tenés otro grupo de empresarios que van a objetar sus anuncios en el progorama. En definitiva, lo ideológico y los comercial terminan estando bastante emparentados, si a eso le sumamos que al oyente promedio de LSI, no le vas a "embocar" un producto así por que si, la verdad que a mi, si fuera empresario, no me daría ni media gana de anunciar nada. Dificilmente pudiese "vender" en un contexto como el que se describe.
    En síntesis, tener un programa inteligente, está muy reñido en estos tiempos con la posibilidad de vender cualquier cosa. NOsotros los oyentes consumimos por necesidad, por decisión y no precisamente porque me estén bombardeando con publicidad una y otra vez.
    Mi humilde centavo para la causa.
    Salute!!

    Fabián

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