Introducción de La siesta inolvidable 2007

Introducción original
Introducción especial de Carlos Barragán

miércoles, 28 de octubre de 2009

Medios y riesgo país

Excelente artículo que muestra cómo los medios construyeron y mostraron el riesgo país en el año 2001.

No cabe duda del valioso aporte que han realizado las ciencias de la comunicación a la comprensión de los hechos sociales. Entre otras cosas establecieron que quienes reciben un mensaje de los medios no son simples cabezas vacías, a ser “llenadas” a voluntad por los medios de comunicación masiva. Así, contribuyeron a complejizar el fenómeno comunicacional alejando la tentación de un conspiracionismo primitivo. Lamentablemente a partir de aquella constatación, algunos avanzaron hacia una conclusión opuesta, igualmente fantástica: no sólo que los medios no nos llevan de las narices adonde se les plazca, sino que los mensajes son recibidos por una suerte de “ciudadano culto e informado”, que desmenuza el mensaje y los reelabora críticamente. Para pensar la importancia de los medios en materia de su capacidad de creación de escenarios colectivos resulta ilustrativo elaborar un caso concreto. Hubo un experimento casi perfecto. Lo ocurrido en 2001 en Argentina. Hubo una vez una cosa que se llamó riesgo país. Aclaro, ante todo, que he constatado entre los más diversos públicos no especializados en economía, que casi nadie supo ni entendió qué era el “riesgo país”. Pero lo que sí percibieron perfectamente es que se trataba de algo grave. No grave. Gravísimo. Y que introducía una premura extrema en la necesidad de que el Gobierno tomara decisiones económicas para que el “riesgo país” no siguiera agravándose. El Gobierno tenía que actuar para calmar al riesgo país. Y el riesgo país no daba tregua. Subía cada día más, empeoraba constantemente. ¿Cómo se sabía? Porque los medios incesantemente, sistemáticamente, insistían con la gravedad de lo que estaba sucediendo –como si eso tuviese un significado unívoco–, realidad “objetiva” que era captada por esa “medición científica” llamada riesgo país. Riesgo país mañana, tarde y noche, junto con la temperatura y la humedad. “Información” que incluía la posición de Argentina en la tabla mundial de riesgo país. Ese indicador había superado el de Nigeria. Eso significaba algo definitivamente grave.


Vale aclarar que el riesgo país es una expresión financiera que alude al peligro que hay –para los acreedores financieros– de que dicho país no pueda cumplir con sus pagos de deuda externa en tiempo y forma. Pero, ¿todo el país estaba angustiado por la suerte de nuestros acreedores? Si y no. Seguramente había un gran malentendido, y lo que el común interpretaba como riesgo país distaba de los problemas de los financistas. Sin embargo, la expresión provenía de estos últimos y reflejaba sus intereses. ¿Cómo ocurrió esto? Lo primero que aparece con claridad es que sin incorporar al análisis el comportamiento de los medios masivos de comunicación es imposible entender este hecho relevante de aquella coyuntura política y económica. Había suficientes problemas que aquejaban al argentino de a pie como para que éste –además– se angustiara por sus acreedores. Pero fue así.

Leer artículo completo en el suplemento Cash de Página 12.

Autor: Ricardo Aronskind


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