Jorge Lanata ha escrito su biografía por otros medios.
Lógico, si fuera un relato autobiográfico más, no sería una obra digna del periodista (exitoso) más atrevido y original que ha dado la historia de los medios en los últimos treinta años.
“Estos textos no fueron escritos pensando en su publicación”, aclara el autor a modo de advertencia. Y la frase funciona como una invitación a espiar, a violar la intimidad implícita, a meterse en los secretos de ese tipo público que está diciendo, en realidad, acá hay algo que te voy a mostrar aunque no debiera.
Hora 25 funciona como un nuevo pacto entre Lanata y el público: él cuenta cosas –algunas, incluso, que se intuyen escritas en papelitos arrugados de un aeropuerto cualquiera o que fueron secuestradas de un cajón de su mesita de luz– y a cambio sólo pide que lo dejen en paz, que lo dejen ser. Y que lo sigan queriendo.
Poemas, crónicas de viaje, editoriales memorables de sus días de radio o de tele, artículos de alto voltaje provocativo, confesiones íntimas, van fluyendo en un recorrido que pinta muy bien al hombre que se oculta detrás del personaje.
En estos escritos está el mejor Lanata. Y también algunas de las claves que explican su éxito. Los especialistas en marketing –seguramente desconcertados desde hace tiempo con este fenómeno que desafía todos los manuales del buen inversor– deberían leer con atención este libro. Verán qué simple resulta comprender su fórmula. Sólo se trata de decir y de hacer lo que uno quiere la mayor cantidad de tiempo posible. Así de sencillo.
Repasemos algunas recetas que el autor brinda, por ejemplo en el capítulo “Los cuarenta”, un relato por cierto desopilante sobre las sensaciones que se experimentan al llegar a esa temida edad “bisagra”.
Jorge Sigal
El artículo completo.
Gracias Noemí.
Lógico, si fuera un relato autobiográfico más, no sería una obra digna del periodista (exitoso) más atrevido y original que ha dado la historia de los medios en los últimos treinta años.
“Estos textos no fueron escritos pensando en su publicación”, aclara el autor a modo de advertencia. Y la frase funciona como una invitación a espiar, a violar la intimidad implícita, a meterse en los secretos de ese tipo público que está diciendo, en realidad, acá hay algo que te voy a mostrar aunque no debiera.
Hora 25 funciona como un nuevo pacto entre Lanata y el público: él cuenta cosas –algunas, incluso, que se intuyen escritas en papelitos arrugados de un aeropuerto cualquiera o que fueron secuestradas de un cajón de su mesita de luz– y a cambio sólo pide que lo dejen en paz, que lo dejen ser. Y que lo sigan queriendo.
Poemas, crónicas de viaje, editoriales memorables de sus días de radio o de tele, artículos de alto voltaje provocativo, confesiones íntimas, van fluyendo en un recorrido que pinta muy bien al hombre que se oculta detrás del personaje.
En estos escritos está el mejor Lanata. Y también algunas de las claves que explican su éxito. Los especialistas en marketing –seguramente desconcertados desde hace tiempo con este fenómeno que desafía todos los manuales del buen inversor– deberían leer con atención este libro. Verán qué simple resulta comprender su fórmula. Sólo se trata de decir y de hacer lo que uno quiere la mayor cantidad de tiempo posible. Así de sencillo.
Repasemos algunas recetas que el autor brinda, por ejemplo en el capítulo “Los cuarenta”, un relato por cierto desopilante sobre las sensaciones que se experimentan al llegar a esa temida edad “bisagra”.
Jorge Sigal
El artículo completo.
Gracias Noemí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios que se realizan, aparecen en la página, sin filtro alguno. Para que esto suceda necesitamos que los mismos no resulten ofensivos y/o insultantes hacia personas o empresas.