Introducción de La siesta inolvidable 2007

Introducción original
Introducción especial de Carlos Barragán

viernes, 29 de agosto de 2008

Reportaje a Gillespi

Nuestra amiga Noemí nos hace llegar este reportaje a Gillespi, publicado en Crítica Digital

La hora de un testigo de privilegio

A la hora de definir su música, Gillespi enseguida quiere dejar en claro que últimamente ha ido más allá de la influencia del estilo de free-jazz que hace casi dos décadas dio origen a su famoso apodo. “La gente –dice– todavía me relaciona con el free y el avant-garde. Por supuesto que me sigue gustando el estilo de trompetistas como Dave Douglas y el gran Don Cherry, pero el largo transitar por el mundo del rock me llevó en los años noventa al funk de Willy Crook y sus Funky Torinos, en esa época tan rara donde hubo un descubrimiento del funk y de James Brown en la Argentina.

Y después entré de lleno al rock con Las Pelotas, aunque ya había estado en Sumo como una suerte de satélite que compartió parte del camino.”
El dato de su paso por la legendaria banda de Luca Prodan no es menor, ya que Gillespi –o Marcelo Rodríguez, según sus documentos– estuvo presente a principios del año pasado en la histórica reunión del grupo Sumo en el festival Quilmes Rock, y varios meses después apareció nuevamente en el mismo escenario de River como invitado de Soda Stereo en su verdaderamente último concierto en ese estadio. “También estuve en Córdoba –agrega– tocando en los temas Signos y Fue, disfrutando de esos encuentros como una especie de testigo de privilegio. Fue igual que lo de Sumo, donde sentía cierta timidez porque no era precisamente mi momento, y dudé acerca de subir o no. Pero es cierto que a lo largo del tiempo me hice amigo de todos ellos y toqué en Divididos, Pachuco Cadáver y Las Pelotas, con Mollo, Arnedo, Pettinato y Daffunchio.”

Hoy, Gillespi está culminando la grabación de un nuevo disco propio, donde tiene como invitados especiales al mismísimo Gustavo Cerati (“Se lo comenté en la fiesta post-River y luego se lo recordé hace poco en su cumpleaños, y las dos veces dijo que lo quería hacer”), al cantante La Cabra (con quien compartió antológicas zapadas un lustro atrás en Tobago), Alejandro Franov en sitar y koto, y Hubert Reyes en percusión. Por primera vez, jura, se siente satisfecho con el resultado.

“¡Me gusta tanto que no parece mío!”, exclama entre risas. “Hubo temas que tomaron un vuelo muy inesperado e inspirado. Fueron como bocetos que crecieron y el álbum es como un gran viaje de world music que me parece que puede ser visto como una bocanada de algo nuevo.”

El compact debería llegar a las disquerías dentro de un mes, pero tal vez se demore porque está en un sello independiente y sabe que falta un tramo final de trabajo importante, que incluye la mezcla final. Además, en septiembre hará una gira por el sur del país, y este sábado tocará a las 21 en La Trastienda, para despuntar el vicio entre tantas grabaciones en estudios.

Su banda del último año está integrada por Javiercito (“para que no lo confundan con el de Manal”, explica) Martínez en batería, Norbi Córdoba en bajo, Patán Vidal en teclados y Baltasar Comotto en guitarras.

Con ellos, dice Gillespi, puede mantener intacta la capacidad de sorpresa y disfrutar de los recitales. “Me gusta profundamente lo que hago y todavía tengo cierta inocencia. No es raro que en un festival me asome al escenario de otra banda para examinar sus teclados e instrumentos, como un fan más, aunque en realidad esté ahí para transmitir el show para la Rock & Pop,” ilustra.

Ésa es justamente la otra profesión pública de Gillespi: hacer radio. Actualmente es columnista y compañero de Alejandro Dolina en Radio10 y tiene su espacio propio por segundo año consecutivo en Rock & Pop: El falso impostor, de lunes a viernes de 19 a 21 horas.

“Con Dolina la paso realmente bien y es una persona enigmática y genial, como Les Luthiers, Fontanarrosa y Adolfo Castello.
Es gente de la Cultura Argentina, con mayúsculas, gente única, irrepetible y estéril, que no ha dejado descendencia en el mundo artístico.”

Menos pública es su pluma, aunque tiene una columna en internet con artículos. “Quise hacer un reality –cuenta–, pero no me salió. Tampoco es un diario personal.” Y siguen en carpeta proyectos como un libro sobre la historia de los grandes trompetistas o una investigación sobre Narciso Ibáñez Menta que algún día verá la luz.

–¿Y la televisión?

No creo que haga nada. Lo último fue Medios locos con Castello y Mex. Pero ahora veo que todo está muy buche, muy policial, con todos los programas revolviendo los archivos del pasado de cada uno para mostrar contradicciones. Hay muy pero muy poco arte, y casi nada de ficción.

5 comentarios:

  1. se disfruta mucho a gillespi con dolina. la verdad es que no tienen desperdicio y aunque a veces se puede o no estar de acuerdo con dolina, sus diálogos con gillespi son desopilantes, no se sabe dónde pueden terminar. gracias por este reportaje.

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  2. AUNQUE EL DIAL SE RESISTE A DETENERSE EN ESA RADIO, DISFRUTO MUCHÍSIMO DE ESCUCHAR A DOLINA CON GILLE.
    CRIS VALLEC

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  3. Es siempre gatificante escuchar a Gillespi.
    saludos

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  4. Adolfo toda su vida fue un 'Combatiente', hasta de su apellido: --¡CASTELO, con una sola ELE!
    ¡No aprenderán nunca más!

    El SHOW de GILLESPI, sin precedentes.

    ¡ES-PEC-TA-CU-LAR!

    Saludos Inolvidables.
    SuMedina.

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  5. Les dejo un enlace para degustar un tema del Show de Gillespi en La Trastienda:

    http://www.youtube.com/watch?v=75LeHaQ9Fzo

    Abrazos de Siesta.
    SuMedina.

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