Nuestra amiga Mariana me envía una historia que debe ser contada.
El ciruja de las letras
El sol está saliendo por el este sampedrino. Si uno mira desde el centro, ese sol está saliendo desde la zona del basural a cielo abierto, donde se depositan los residuos urbanos para su posterior desaparición, vaya a saber Dios en qué condiciones. Mientras ese sol comienza a calentar las bolsas llenas de lo que tiramos, una flaca sombra abandona un ranchito de cuatro latas -“Mis cuatro eles”, dirá él-, sin luz, sin gas, sin agua, donde estuvo hasta las cuatro de la mañana, alumbrado por una vela, leyendo La Gran Aldea, de Lucio López, que encontró entre comida, cartón, plástico y pañales en el basural.
Su nombre es Gabriel, cuenta desde el 8 de abril con 82 años, viudo desde los 22, cuando su esposa dejara este mundo junto a las gemelas que no llegó a parir.
La historia completa.
El ciruja de las letras
El sol está saliendo por el este sampedrino. Si uno mira desde el centro, ese sol está saliendo desde la zona del basural a cielo abierto, donde se depositan los residuos urbanos para su posterior desaparición, vaya a saber Dios en qué condiciones. Mientras ese sol comienza a calentar las bolsas llenas de lo que tiramos, una flaca sombra abandona un ranchito de cuatro latas -“Mis cuatro eles”, dirá él-, sin luz, sin gas, sin agua, donde estuvo hasta las cuatro de la mañana, alumbrado por una vela, leyendo La Gran Aldea, de Lucio López, que encontró entre comida, cartón, plástico y pañales en el basural.
Su nombre es Gabriel, cuenta desde el 8 de abril con 82 años, viudo desde los 22, cuando su esposa dejara este mundo junto a las gemelas que no llegó a parir.
La historia completa.
vuelvo al blog despues de mudarme bastante lejos y gracias a internet móvil puedo volver a compartir este espacio con ustedes. no pude leer todo pero veo que me espera mucho y muy interesante. extrañaba este lugarcito...
ResponderEliminarMientras miré el video comenzaron a rodar lágrimas por mis mejillas.No pude identificar lo que sentía, era un remolino de sensaciones...angustia, tristeza, indignación...me pareció sentir algo de esperanza pero no me imagino por qué. Me parece a mí o este señor tiene una dignidad de puta madre???
ResponderEliminarGracias DONATO.
La abuelita de Bahía Blanca.
Sin palabras!
ResponderEliminarPensar que se debatió el tema de las retenciones (y la redistribución)unos están contentos y los gabrieles seguirán esperando. ¡Qué egoístas! por no decir otra cosa.
Gracias Donato!
Saludos a todos
Carlos de Caseros dijo:
ResponderEliminarSer pobre o ser rico en bienes, no quieren decir nada más que eso: tener o no cosas; pero ser felíz, ser digno, ser LIBRE,... eso, eso es otra cosa, que gracias a Dios no tiene nada que ver con el dinero !
A Sandra quisiera decirle, con todo respeto y todo mi afecto, que si bien con las retenciones móviles podría haber aumentado algo la recaudación del estado para redistribuir, con el nivel de las que hay (35 %) y con el pago de nuestros impuestos (en lo que va del año yo ya pagué mucho más de lo que tengo) el gobierno de turno podría haber hecho mucho, y me consta de que no lo hizo... (se hace lamentablemente "asistencialismo político dependiente", y no verdadera promoción humana) Dice un milenario dicho chino: "si le das un pez a tu hermano, lo alimentas por un día; si le enseñas a pescar, lo alimentas de por vida".
Gracias Donato y saludos a todos los siesteros!
Carlos de Caseros
Carlos tenés razón todos pagamos impuestos (proporcionalmente pueden ser altos) y es cierto que nunca (ni ahora ni antes) se vieron resultados en la mejor calidad de vida de los que menos tienen. Lo del clientelismo también es real pero lo que quedó claro, para mí, a raíz de las retenciones es que al más desprotegido no se lo considera para nada. Pareciera que no los ven como seres humanos que tienen los mismos derechos que el resto de la población.
ResponderEliminarPodrían dejar de ganar un poco para que se implemente la redistribución, de última podríamos apelar a otro refrán: “El pez por la boca muere”
Saludos a todos
GRACIAS MARIANA. CRIS VALLEC
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