¡Qué país! ¡Qué país! ¡No me explico por qué nos despelotamos tanto... si éramos multimillonarios! Usted iba y tiraba un granito de maíz y ¡paf !, le crecían diez hectáreas... Sembraba una semillita de trigo y ¡ñácate!, una cosecha que había que tirar la mitad al río porque no teníamos dónde meterla... Compraba una vaquita, la dejaba sola en el medio del campo y al año se le formaba un harén de vacas... Créame, lo malo de esta fertilidad es que una vez, hace años, un hijo de puta sembró un almácigo de boludos y la plaga no la pudimos parar ni con DDT. Aunque la verdad es que no me acuerdo si fue un hijo de puta que sembró un almácigo de boludos, o un boludo que sembró un almácigo de hijos de puta.
Tato Bores
Buenísimo!!!!
ResponderEliminarExcelente!!!
ResponderEliminarCintia de Bernal
¡¡¡Simplemente brillante!!!
ResponderEliminarDiego de Padua
yo tampoco sé, ¿qué habrá sido primero el huevo o la gallina? lo que si tengo claro es que no se si es por boludos o por hijos de puta pero tendríamos que ser un poco menos egoístas y ahí me parece que van a dejar de notarse tanto la existencia de los hijos de puta.
ResponderEliminarmariela de paso del rey
Uh! Ese texto que se puso de moda, lo escribí yo en 1976 para Pobre Tato, un espectáculo que hicimos con Tato en el teatro del Globo. Lo estrenamos apenas 45 dias después del golpe y a la semana vino a verlo Videla. Todos estábamos helados, porque además el show tenía monóloggos políticos muy duros. Pero Tato que era un tipo con lo que habia que tener le chantó todo mi libro sin cambiarle ni una coma al coso ese.
ResponderEliminarAl final, Videla bajó a camarines y felicitó a Tato por el "excelente espectáculo". A Tato no le alcanzó todo el alcohol de la farmacia para lavarse la mano que tuvo que estrecharle al generalito.