El álbum de figuritas de Jorge Halperín
En Tarde o Temprano, Jorge Halperín nos cuenta la historia de la mujer que inventó el lenguaje de la computadora.
En Tarde o Temprano, Jorge Halperín nos cuenta la historia de la mujer que inventó el lenguaje de la computadora.
| computadoras.mp3 |






Que bueno!!! felicitaciones por el mimo que te ligaste!!! te lo merecés!
ResponderEliminarSiempre vuelvo a entrar a este blog... extraño a MLQTD, a LSI, a APM.. y a Castelo... demasiado... en cuanto tenga tiempo te mando unos archivos más que me quedaron en el tintero...
un abrazo...
Santiago Ibarra.
Me encantó la historia de Ada Byron y saber la herencia genética paterna con la que cargaba (ser hija de Lord Byron).
ResponderEliminarAdemás, considero que por ser mujer y para la época que le tocó en suerte, poder haber desarrollado el rudimento(¿?) del computador o máquina analítica y un lenguaje de programación es muy meritorio que se la reconozca.
Siempre tan interesantes las historias de Halperín en el "Álbum de Figuritas", como en “Maleta de Loco”.
Hace unos cuantos años, una amiga me envió una poesía, que fue canción.
Cuando Donato publicó el video de Les Luthiers, no la podía encontrar en mis archivos, la busqué y la encontré.
Gracias a la Caja de Pandora que es Internet encontré también en este sitio http://treandpep.wordpress.com/category/les-luthiers la introducción.
SuMedina.
“CHIP TO CHIP”
Obra: Mi amada es una máquina
Versión: Estreno en Rosario (13/05/1987)
Marcos Mundstock:
Sin duda, la alucinada personalidad del ingeniero Armand Cerveaux es fascinante. Su amor por las máquinas convive desordenadamente con su naturaleza apasionada y poética. Ya de joven escribió: “Hermosa Isabelle Superbe, disuelves en tu torbellino febril la sustancia que me nutre”. Conviene aclarar que Isabelle Superbe era la marca de una licuadora. También vivió un romance con una máquina tragamonedas, pero la abandonó cuando descubrió que a ella sólo le interesaba su dinero. Pero el gran amor de Armand Cerveaux es una computadora. “Tu nombre es computadora -suele decirle- pero yo te llamo por tu diminutivo: Dora”.
Armand Cerveaux está convencido de que esa computadora, Dora, no es otra que la reina hechizada de Tropsouvent. Según la leyenda, su marido, el cruel y celoso monarca de Tropsouvent, encerraba a la reina en la torre del palacio y la obligaba a usar un cinturón de castidad con un pesado candado. Lo único que le era permitido en su encierro eran las clases de filosofía y literatura que le daba un joven seminarista, que en realidad sabía muy poco de literatura, y apenas si poseía algunas nociones de cerrajería. Muy pronto, sabios y estudiosos de todos los rincones del país acudieron a palacio para darle clases a la reina. La reina adquirió una gran cultura. La tristeza de su rostro dio paso a una plácida sonrisa y a un extraño brillo en su mirada.
La reina comenzó a tomar clases de álgebra, laúd, alquimia, teología, resistencia de materiales, repostería, gramática griega, y hasta un curso de latín de conversación en grupos. El monarca, celoso de la sabiduría de la reina, ordenó al brujo de la corte que la hechizara; y así fue como la bella y sabia reina fue convertida en un monstruoso artefacto inanimado, que conservaría todos sus conocimientos, pero que sólo podrían ser descifrados por quien la amara con pureza. Esto dice la leyenda.
Y el poeta e ingeniero Armand Cerveaux está convencido de que la computadora de su amor, Dora, es la reina hechizada y que él es el predestinado a descifrar su sabiduría. A continuación escucharemos la tierna canción de amor que Armand Cerveaux dedicó a Dora, y en ella a todas las computadoras del mundo. Su título: “Mi amada es una Máquina”.
“Mi amada es una Máquina”. Estreno en Rosario (13/05/1987)
Daniel Rabinovich:
Te veo por esos campos
en mis sueños cibernéticos
ondeando al viento tus cables
por esos campos magnéticos.
Me atraviesa una descarga,
un eléctrico temblor,
cuando deslizo mi mano
por tu panel posterior.
Tengo celos de los hombres
que tu memoria han cargado,
que te dieron sus tarjetas,
que tocaron tu teclado.
Excitaron tus circuitos
y aunque sé que no los amas
son demasiados los hombres
con los que has hecho programas.
En qué estarás procesando,
tu monitor, por qué calla?
Me estas ocultando algo,
se te nota en la pantalla.
No contestas mi diskette
Por qué no me imprimes nada?
No almacenaste mis ruegos
o es que estás desenchufada?
Eres cruel e insensible
al amor que me devora,
eres fría y sistemática,
eres muy calculadora.
Grábame algún mensaje
con esa voz digital,
puedes comenzar a hablar
a partir de la señal.
Para todos los demás
no eres más
que una computadora
que no siente ni palpita.
Para mí siempre serás
Simplemente Dora…
Dora… mi computita.
(Les Luthiers)
¡¡¡ G E N I O S !!!