Introducción de La siesta inolvidable 2007

Introducción original
Introducción especial de Carlos Barragán

martes, 8 de abril de 2008

Miniprograma Nº 71 de la siesta inolvidable virtual

Bloque 1

La siesta inolvidable de Jorge Halperín.

Roña, caos y ciencia

La ciencia, ya se sabe, siempre fue asociada a la magia. Es un verdadero misterio cómo hace su tarea. Opera con procedimientos aparentemente rutinarios, apela a la paciente observación, examina con frecuencia materias que suelan ser invisibles, y su trabajo alejado de toda espectacularidad termina por cambiarnos la vida.

Por eso son muchos los estereotipos que rodean a los científicos y los apuntan como una casta diferente: entre otros, la reputación de la higiene, el orden y la asepsia. Imaginamos a los científicos vacunados contra el descuido. Sin embargo, avances notables han resultado de lo contrario. La que sigue es la historia de un científico desordenado y nada pulcro, cuyo defecto produjo un acontecimiento extraordinario para la ciencia, con enormes consecuencias para la humanidad.

En las primeras décadas del siglo XX, el hombre trabajaba duro investigando las bacterias que producen las infecciones. Su propio estornudo en el laboratorio lo estremeció en un invierno en Londres, y fragmentos de moco cayeron sobre un platillo para alumbrar uno de sus descubrimientos: el fluido nasal contenía una enzima con la cual combatir las bacterias. La bautizó lysozyme. El moco y las lágrimas podían ser un arma contra las bacterias, pero no eran lo suficientemente potentes para liquidar as infecciones.

El hombre necesitaba de un descuido más espectacular. A comienzos de un verano, decidió tomarse unas buenas vacaciones.
Como señalé, en materia de orden no era un científico que se fijara en detalles. Dejó cantidad de platitos amontonados que contenían cultivos de bacterias. Pero ni siquiera cerró las ventanas. Sencillamente se fue.

Volvió una tarde y todo parecía estar igual que como lo dejó. No soy un científico, y me disculpo si la descripción que voy a emprender tiene defectos. Allí estaba la pila desordenada de platitos en los que cultivaba estafilococos, un tipo de bacteria que causa carbunclos, abscesos, neumonía y septicemia. De regreso de sus vacaciones, el hombre observaba que a través de la ventana abierta había penetrado un tipo de hongo, un moho, y se había instalado en uno de los platitos.

Lo cierto es que la bacteria no había crecido como lo hubiera echo en las condiciones normales del verano, incluso fuera de la incubadora. Así, el investigador desordenado, que era escocés, se llamaba Alexander Fleming, amaba jugar con los microbios y tenía una mente abierta a las casualidades, pensó como un detective. Las colonias de estafilococos habían sido inhibidas o liquidadas. Luego concluyó que la sustancia mortal para las bacterias había sido producida por el hongo, al que llamó penicilium y que nosotros conocemos como la penicilina.

Por dejar los platitos abandonados y la ventana abierta, porque su lugar de investigación era un caos, Fleming había descubierto el primer antibiótico. Tuve ocasión de corroborar ese caos en una visita al laboratorio del gran bacteriólogo. Hoy es una suerte de museo que conserva todo tal como se encontraba en los días de Fleming.

Sin embargo, aquel accidental pero brillante descubrimiento no se tradujo de inmediato, como era de esperar, en una solución farmacéutica para millones. Fleming era un bacteriólogo y no un químico y perdió rápidamente interés en el tema, que requería aún de unos pasos decisivos.

Debió estallar la Segunda Guerra Mundial -es realmente impresionante la lista de inventos modernos que se deben a las necesidades de la guerra, es como el costado impensado de esa ceremonias de destrucción en escala-.
Transcurrieron más de doce años hasta que otros investigadores, Howard Florey y Ernest Chain, desarrollaran la primera vacuna. Los soldados dejaron de morir masivamente a causa de las infecciones, y probablemente millones de personas en todo el mundo siguen vivas gracias a que Fleming fue de todo menos un tipo limpio y prolijo.

Naturalmente obtuvo el Premio Nobel de Medicina por su hallazgo. Las malas lenguas aseguran que no hizo mucho para destacar el papel de Florey y Chain, aunque también lo atribuyen a que el hombre era más bien parco.

Como sabemos, la penicilina es eficaz para combatir la neumonía, la meningitis espinal, un tipo de gangrena, la difteria, la sífilis y la gonorrea, y un amplio espectro de gérmenes. Fue superada ya por antibióticos de nueva generación, pero los médicos dicen que es el Ford Falcon de los antibióticos.

Pero, ¡qué habría pasado si Fleming no se hubiera olvidado de colocar el platito en la incubadora, o si hubiera decidido no salir de vacaciones o simplemente si el clima hubiese cambiado de manera drástica, modificando la temperatura a la que creció el hongo? El milagro de la siesta de Fleming, claro, no hubiera ocurrido. Y tal vez habría costado muchas más siestas producirlo e infinidad de vidas habrían encontrado destinos más fugaces. El azar hizo esta vez un buen trabajo.

Jorge Halperín

3 comentarios:

  1. Sabian que el programa que suplanto a LSI vuelve a la noche, porque sera............., a la larga la razon triunfa.
    Juan Carlos

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  2. Qué buen pie para saludar a nuestros Investigadores Científicos, los que se encuentran en el país y los que tan dignamente ‘exportamos’ [O se fueron a lavar los platos… -tubos de ensayos, Erlenmeyer’s, probetas, pipetas, buretas, etc.-].

    Hoy, 10 de abril, se estableció como Día del Investigador Científico, en homenaje al nacimiento del Dr. Bernado Houssay (10/04/1887 – 21/09/1971), primer Premio Nobel de Fisiología y Medicina Latinoamericano, por su descubrimiento acerca del rol de la hipófisis (glándula endocrina situada en el cerebro) en el metabolismo de los carbohidratos, y su relación con la diabetes.
    Fundador y Presidente del CONICET hasta su fallecimiento.
    U.C.D.C. SuMedina.

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  3. SUMEDINA GRACIAS POR INFORMARNOS. TENGO UN AMIGO BIOLOGO MOLECULAR INVESTIGANDO EN BARCELONA. TIENE DOS HIJOS CHICOS Y NO SE ANIMA A VOLVER PORQUE NO VE SEÑALES CLARAS DE UN CAMBIO PERMANENTE EN ARGENTINA.
    VAYA TAMBIÉN MI SALUDO A LOS INVESTIGADORES CIENTÍFICOS!!!
    CRIS VALLEC

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