Introducción de La siesta inolvidable 2007

Introducción original
Introducción especial de Carlos Barragán

viernes, 25 de enero de 2008

Miniprograma Nº 18 de la siesta inolvidable virtual

Consigna

La consigna de este mini programa es:

¿Cuándo y por qué quiso usted estar en el lugar de otra persona?

Enviada por Julián de Berisso.

Bloque 1

La presentación de Barragán en barra.

introbarragan2007....

Bloque 2

La siesta inolvidable de Jorge Halperín

Sigmund Freud (Primera Parte)

¿Freud no era trucho?

Quiero contarles que con la Siesta de hoy empezamos a armar las carpetas del siglo XX. Todos los días seguiremos contando una Siesta, pero, de tanto en tanto, y avisándoles con tiempo, por si ustedes quisieran grabarlas o pedir esos textos, vamos a hacer Siestas-carpeta, con historias de grandes acontecimientos y personajes del siglo XX como para coleccionar. No es que las digamos, vamos a lanzar fascículos, pero crearemos algunas Siestas sobre hechos y personajes que por su importancia marcan el siglo que acaba de concluir.

Bueno, ustedes saben que esta semana se conmemoran los 150 años del nacimiento de Sigmund Freud. A ustedes que, como yo, son gente de dos siglos, no tengo que explicarles que Freud fue uno de esos tipos que marcaron el siglo XX. Sin embargo, todavía se discute si su descubrimiento, el psicoanálisis, es una ciencia. Entonces, ¿qué estamos celebrando? ¿en qué nos cambió la cabeza?

Bueno, estuve rastreando cómo abordaron medios internacionales esta fecha de Freud y les cuento algunos artículos. Por ejemplo, la mexicana María Pérez Gay empieza describiendo al personaje y sus costumbres. Dice:

El profesor doctor Sigmund Freud medía 1.70 metros de estatura, vestía trajes oscuros hechos a medida y chalecos con dibujos de fantasía; caminaba siempre erguido, en la vejez una severa escoliosis le curvó la columna. Todos los días le arreglaban el cabello y la barba. Era un incansable fumador de puros. Al final de sus días, la cara se le había deformado cuando le implantaron una prótesis en la mandíbula, resultado del cáncer en la mucosa de la cavidad bucal. Las treinta y seis operaciones que tuvo que soportar marcan el estoicismo de este judío-vienés y ofrecen una impresionante muestra de valentía y resistencia. Su cabeza, agrega María, recordaba a la pintura de Salvador Dalí: El torbellino de Júpiter Amon. La mirada penetrante inquietaba a sus discípulos más asiduos. Freud apreciaba la puntualidad y la honradez sobre todas las cosas. Le estrechaba la mano a sus amigos con gran fuerza como si fuese un patriarca. Cuando sentía afecto por alguien, era el más cercano y atento de los interlocutores. Mientras que, con los demás visitantes se mostraba siempre distante y ajeno.

Freud decía: “Ningún psicoanalista es un psicoanalista”, porque hacía falta mucho más que el diván y el diagnóstico, y tenía razón. El profesor no sólo era un neurólogo muy perceptivo, y de eso dan muestras sus estudios sobre la afasia, que siguen vigentes. Era también un lector incomparable, recorría los caminos de la literatura universal, conocía a fondo la Biblia y el Talmud y a los clásicos griegos. Leyó a Cervantes en castellano, dominaba a los dramaturgos y ensayistas ingleses, sobre todo a Shakespeare. Era un especialista en la obra de Goethe, de Nietzsche y Schopenhauer. Le fascinaba la historia de Roma, dominaba el conocimiento de la antropología de su tiempo y se convirtió en un escritor con una de las prosas más bellas de la lengua alemana. Murió leyendo La piel de zapa, de Balzac.

María Pérez Gay, que escribe ese artículo en el diario La Jornada, no tiene dudas: El Freud que ha permanecido es el gran ensayista moral, el Montaigne del siglo xx. Entonces, ¿su valor no está en el psicoanálisis? Es discutido: por ejemplo, Harold Bloom, que es autor de un canon de la literatura, opina que las grandes figuras de la literatura del pasado siglo xx fueron Proust, Joyce, Kafka y Freud. Freud para él es un literato en lugar de un científico. Sigmund Freud es el compañero visionario de Joyce, Kafka y Proust como Montaigne era el colega visionario de Cervantes y de Shakespeare. Montaigne y Freud describen con enorme destreza lo que la autora de este texto llama ficciones autobiográficas del yo.

La española Isidora Reguera opina que Freud nunca habría aceptado esta opinión de su persona y de su obra en el año 2006, y mucho menos la habrían aceptado los psicoanalistas, no importa la escuela a la que pertenezcan. Y, si la validez científica del psicoanálisis está en cuestión, dice Reguera que las propuestas del autor de La interpretación de los sueños no han pasado de moda. Y aquí viene la polémica: las propuestas de Freud, dice, se han convertido en la única mitología contemporánea de Occidente. Aunque dudosas como práctica clínica, su valor como forma de pensar es indudable.

En otras palabras, si el psicoanálisis no cura, por lo menos abrió perspectivas sobre el ser humano desde un espíritu liberador, antimetafìsico, antirreligioso y antiidealista. Y yo agrego: y le trajo alivio al sufrimiento psíquico.

Sigmund Freud nacía, como dije, hace un siglo y medio en Freiberg, Moravia. Cincuenta años después, hace un siglo, Freud ya era el Freud esencial, y el psicoanálisis también. Cien años después, hoy, tanto Freud como el psicoanálisis siguen despertando un interés enorme. Parece que los sedantes no destruyeron al psicoanálisis, como pretendía Tom Wolfe. Parece más bien, como dice Harold Bloom, que "las concepciones de Freud han comenzado a mezclarse con nuestra cultura y ahora forman verdaderamente la única mitología occidental que tienen en común los intelectuales contemporáneos".

Efectivamente, el psicoanálisis no ha pasado de moda: se ha ampliado clínicamente, por una parte, y se ha extendido más allá de la práctica clínica, por otra, hasta convertirse en una forma de pensar o en un enfoque de la experiencia humana característicos de nuestra cultura. Desde luego que el psicoanálisis no puede considerarse hoy la obra de un solo hombre: desde 1939 existen escuelas, terminologías, técnicas y prácticas clínicas múltiples y diferentes, y todas ellas levantaron el gran edificio del psicoanálisis. Y tampoco es lo mismo hoy que en la época de Freud: muy poco es lo que ha quedado intacto del modo en que Freud lo comprendía y practicaba, incluso el famoso diván (recostarse, vuelo de asociación libre, autoridad del analista) ha evolucionado hacia formas flexibles y de colaboración mutua.

Lo que sí está pasado de moda, efectivamente, es la práctica concreta, dogmática, casi religiosa, del psicoanálisis freudiano clásico y ortodoxo. Porque Freud fue un tanto raro en todo esto. No debía tener muy buena conciencia cuando le dijo en una ocasión a Marie Bonaparte, quien lo había comparado con una mezcla de Pasteur y Kant: "Ser un gran descubridor no implica necesariamente ser un gran hombre". ¿Qué quiso decir Freud?, ¿a qué partes obscuras de su personalidad aludía?
Mañana seguimos esta historia, vamos a contar de dónde venía Freud y cuál fue lo que alguien describió como “La gran tragedia del psicoanálisis”.

Jorge Halperín

Por gentileza de Susana Peña.

9 comentarios:

  1. Freud nunca usó el divan que exponen en su casa en Viena.

    En general no era muy ortodoxo en su forma de abordar a sus pacientes.

    Los veía dentro y fuera del consultorio, incluso con algunos de ellos caminaba por la ciudad en lugar de ir al consultorio.

    No conozco quien es la persona que escribe. Podrían aclarar algo más de ella.

    Gracias. Elena

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  2. todos los días repaso el blog y vuelvo a disfrutar oyendo o leyendo. gracias a donato y a quienes colaboran con el material.
    ahhh... se viene mirol para entretenernos, informarnos y hacernos reflexionar...ya me estoy preparando...(me voy de vacaciones!!!!)

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  3. Por la consigna, a veces me gustaría estar en lugar de Victoria Beckham, saber que se siente ganar millones de euros,ser tan posh, tener un marido como ese, solo tener q preocuparme por estar estupenda, estar con las spice y seguir facturando y q no hubiera en mi cabeza más que frivolidades... Creo q no puedo siquiera imaginarlo jajaj! Bss!

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  4. Que pasa con los oyentes e la siesta? ¿se fueron todos de vacaciones? o ¿es que no nos alcanza con el blog y necesitamos que todos los integrantes de la siesta tengan nuevamente su programa y podamos escucharlos? Yo creo que si. Por mi parte los extraño mucho. AH...me olvidaba: yo soy la que les hablo de la radio nacional folclore, bueno no es 98.5 sino 98.7, por ahora es lo unico que escucho.

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  5. Usaba ese mismo diván y a veces caminaba, pero no con mis pacientes sino con mis colegas.

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  6. No se si será científico o no el psicioanalisis , lo que si se es que a mi me cambió la vida, y me ayudó a vivir mejor.

    Gracias Donato por las siestas que nos brindás todos los dias, como ayudan, la verdad es que hacen falta.

    Un beso,
    Marcela de Mar del Plata

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  7. Hola : es cierto parece que hay pocos siesteros,ojala que esten de vacaciones y no se rindan tan rapido.Sigamos juntos que la vamos a lograr.
    GRACIAS DONATO POR TU APORTE INIGUALABLE-cris45

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  8. Hola, por suerte recibo las siestas todos los dias. Voy a intentar hacer algun comentario, y ver si llega. La computacion no es mi fuerte. LOS EXTRAÑOOOOOOOOOO
    Silvia - Capital

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  9. Los siesteros nunca nos vamos a rendir!!!
    Seguiremos esperando que "reaparezcan"en algun momento, en alguna radio...
    Un abrazo desde Córdoba para todos

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